A partir de allí

 


1997 12 25

A partir de allí
fue todo diferente:
las amapolas azules,
el cielo amarillo,
el mar topacio
y tus ojos rojos.

Pasé del absoluto
zumbido imperecedero
al salteado silbido
de las luciérnagas
en noches estrelladas
en noches bellas,
llenas de sueños.

De lo más honrosamente
triste y sosegado
al festín más colorido
y divertido
de la apatía
al desenfreno
de saberte vivo
de vivir eternamente.

Eternamente.


Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión