Ya ni siquiera me escuchas

 


2011 12 15

 

Ya ni siquiera me escuchas,

mis menajes se estrellan

en la cordillera escarpada

que te cubre,

            esa que yo creé en verso, y

            en prosa, sordo y ciego…

   mientras tú te alejabas.

 

Adoraba cada segundo

   en que tu aparecías…

adoraba gritar desde los tejados:

-          ¡Morena, te adoro!

Pero tú ya no escuchabas,

   yo grité hasta la extenuación

tu nombre en silencio

   mientras mis pasos se alejaban

del sendero que los tuyos marcaban…

 

Ya ni siquiera me escuchas…

aunque siga gritando tu nombre;

            cada vez más alto.

 

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