Aroma lascivo
Atraer la calma cuando
todo tu cuerpo desprende
un aroma a cansado,
es difícil…
Para descender al cielo
debo ubicar mi mente
allá donde los sueños
hablan en ese idioma
tan lascivo y apasionado
cuando sale de tus labios.
Allí, y sólo allí
encontraré el nido, cobijo
necesario para ahuyentar
ese veneno que me carcome.
Tú, y sólo tú
arrancas el aguijón
que enmudece mi mente…
Tu belleza alcanza a superar
al cruel diablo
que se apoderó de mí
en otra lengua…
Indescifrable, sino es a tu lado.
2023 12 02
Supongo que necesito algo así. Un refugio denominado epidermis
ajena. Rozar el vello de un cuerpo desnudo. Un refuerzo para los momentos de
silencio, que omita los acúfenos que taladran mis oídos.
Supongo que es solo eso, ¡casi nada! El jueves busqué a Taida,
encontré a Esther (la anestesista) en El Corte Inglés, me calé hasta los
huesos. El viernes cerré otro fracaso, intenté reabrir uno pasado… Ningún
alivio.
Hoy me levanto a las seis, rescato cuatro textos para el blog y se
resiente mi costado izquierdo. No se alivia el dolor con la nostalgia, necesito
algo nuevo, fresco. Necesito el calor de un cuerpo arrugado pegado a mi regazo.
Pero pienso en mi madre, en la rutina del sufrimiento a diario… y
me tengo que callar. El amor significa eso, tengo el mejor ejemplo en casa.
Cambiar el pañal, reírse del fracaso, estar ahí para lo que se necesite, sin
saber lo que es Instagram.
Así que me callo. La poesía está hecho por licenciosos de la
nostalgia, vividores y holgazanes; parias.