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Mostrando entradas de mayo, 1994

Si algún día me atreviera

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  1994 05 23     Si algún día me atreviera a enviarte estas cartas no sé como reaccionarias... Quizás ni las leerías. Sé que no son obras de arte por las cosas que te digo, pero de corazón te lo digo; en ellas me va la vida.   Si al leerlas sonrieras por las cosas que te digo, o por las faltas que cometa...   Si al leerlas lloraras por las cosas aquí escritas, o por lo malas que eran…   Por favor, sólo te pido que no te olvides jamás de lo felices que fuimos un día en algún lugar.    

No te merezco muñeca

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  No se puede comprender Ya lo sé La traicioné demasiado Una y otra vez Pero mi amor fue fiel Ya lo sé No paraba de pensar En esos besos Y su forma de abrazar No sentí nada especial Al empezar a besar Al intentar abrazar Sólo un sentimiento bravo Cuando mi corazón topó Con su pecho abrasador No paraba de decir Que la quería Difícil de creer Aún repitiéndolo día tras día Mis sentimientos por ella Me delataron aún más Sólo la quería besar Pero besar de verdad La “people” no acompaño ¡Si tú eres un cabrón! Yo sonreía y reía Sólo delante de ti Tú fuiste mi confidente Mi compañera de amor Para mi mejor amiga Pero caí en el error Dejé el ron y el countreau Por que tú me lo decías Hasta dejé de fumar Por los rumores que oía Soy un hombre fatal Y cuanto más lo quiero Más lo estropeo Al escribir esta cosa No he perdido la esperanza De llegar a descubrir Un alma con mente sana Hoy tus ojos me abrasaron Y yo...

Yo no lloro

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  1994 05 21   Yo no lloro, pero si entenderás que no quiero que sepan que mi amor por ti es total…   Solo te miro en la clase para así poder llorar por el ángel que más quiero y que se ha echado a volar   Sólo tú, mi vida puedes llenar, este vacío absoluto, esta herida colosal para descubrir un ser que en una noche perdida se vuelve a desvanecer.   Hace tiempo he perdido el corazón en el sendero que conducía a tu amor, mi vida me sorprendió, una estrella me cayó, la cuidé con mucho esmero y el tiempo se la llevó.

Mi primera canasta

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  Era la primera vez, la solté como si nada, sólo flotaba en el aire, yo ni parpadeaba. Mi intención era meterla pero me veía incapaz, esta vez me empujaron y así, logré lanzar. Al verla flotar en el aire dejé por un momento de respirar y sentí pulular una brisa que la acompañó en su caminar… Cuando la vi bajar no pude por menos que gritar y compartir el momento con un salto descomunal. Al fin logré introducir, algo inusual en mí sentí un escalofrío… Pero logré sobrevivir.                           21-Mayo-1994                           Mi primera canasta    

El cielo nocturno

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  Luna que centellea en la bóveda celeste que adorna mi corazón, que llora de alegría   con feroz resplandor; desborda la hermosura que colma mi alma de dulce amargura.   Luna refulgente dóname tu cosmos, acoge mi conciencia que anda falta de cobijo.   No tengas reparo degrada el reflejo, consuma el arte con tu beso.                               10-Mayo-1994