Esquivando inútilmente tus envestidas
Esquivando inútilmente tus envestidas
Lamento no tener el coraje del torero…
Enseñé tarde a mi sonrisa a pasearse,
No sé reflejarme en el lago como las flores de abril.
Antes de ayer recorrí la Sociedad
de Almas
Sin parar a pensar en el cruel infierno que
Acechante, siempre estuvo allí; como está el Sol en
Nubosas y tormentosas de primavera, apaciguado, esperando.
16 de
abril de 2011