La revolución del indignado

 


2011 11 23

La revolución del indignado
se frenó en seco.

La algarabía montada,
el entusiasmo y los sacos de dormir
han quedado en triste recuerdo,
arrinconados de nuevo en el apolilladero.

El traje y la corbata vencen.
Tu país, el suyo y el vuestro hablan.
Dictarán palabras obscenas,
cargadas de malicia
y ombligonadas

Adiós a las rastas, las pancartas
y el referéndum.
Adiós a la Asamblea General
de nuestra casa… la calle.

Hoy, desde la izquierda de mi cama
adormezco mi pluma,
ahora que el camino
-el único camino-
ha quedado a mi derecha…

Mejor cerrar mi cuaderno
y encomendarme a las hadas.

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