La eterna lucha

 


2016 09 29

Buenos días, soy Ángel y soy adicto al deporte y al tabaco. Una cosa no quita para la otra. Desde jugar campeonatos de España universitarios al baloncesto a pasar pruebas físicas de bombero, hasta ahora que soy runner y hacer MMP en 10 de 41´ y en MM de 1h 35´. Siempre he hecho deporte y siempre he fumado. Nunca he sido mediocre en ninguna de las dos cosas.

Debido al trabajo y a centrarme exclusivamente en el running; un tío de 183 centímetros que pesaba cerca de 80 kg. ahora no pasa de 75 raspados. Ahora que rozo los 40, mi cuerpo se siente cansado, salen a relucir desgastes que en otras épocas pasaban inadvertidos, mis recuperaciones tras un esfuerzo "especial" se ralentizan hasta pasar de los 2 días establecidos por norma... y a esto hay que añadir la presión social.

Ninguna de las personas que me rodean fuma. No soy ellas, pero hemos hablado infinitas veces del tema y confían en que bajaría fácil de 40´ y de 1´30"... y sobre todo que no quieren verme fumar.

Yo tengo que reconocer que he probado todo: AECC, acupuntura, pastillas... Fumo mucho y soy muy nervioso. ¿Encontrar motivación? Tengo mil, ninguna relacionada con las marcas en carrera. No soy competitivo en ese sentido. Sí conmigo mismo, en otros aspectos de la vida.

Lo reconozco (al tabaco) como mi lacra, mi deshonestidad, mi novia tóxica, mi veneno, mi mal humor, mi cansancio, mi falta de libertad, mi atasco, mi obstrucción... Mis condiciones genéticas han podido con él, pero creo que ya están al límite.

Tras el accidente, mis fuerzas y mis límites se han solapado. Mi recuperación estratosférica y mi recuperación real no han ido de la mano. Es verdad que el 30 de marzo volví a nacer, pero el vicio ha hecho que pase el tiempo despacio y fulminante a la vez.

Mi cuerpo no asimila el entrenamiento, mis músculos no razonan como antes, mi cabeza se sigue yendo por las ramas cada vez que hablo del maldito tema. Es asqueroso y frustrante a la vez. No me deja enamorarme (del running) y a la vez me empuja a nuevos retos que con él (el tabaco) puede que me lleven a mi mayor fracaso.

Hace tiempo que me apunté a mi primera maratón. Y está cercano el momento de empezar con el entrenamiento respectivo para ella. Mi cabeza y mi cuerpo saben que debo dejar de fumar, si quiero acabarla. Por otro lado, mi cabeza sabe que si lo dejo, podría hacer buena marca. Es Sevilla, sé que ahora, viviendo en Barcelona no es la mejor opción, pero también sé que me ilusiona.

Me gusta el subidón que me da correr en tierras ajenas. Me ha pasado en Laguna de Duero o Rioseco, no quiero imaginar Sevilla. Apoyos me sobran, motivaciones también y no quiero poner más excusas. He podido con temas más serios (que no vienen al caso), quizás menos duros (no sé). Las adicciones como el amor escapan a la lógica y no es un dos menos dos, igual a cero. Eso no es una excusa es la realidad. Es como el deporte. No todo el mundo que entrena lo mismo alcanza las mismas metas. Influye todo. Los pequeños detalles lo son todo, los grandes también.

Sé que haría feliz a mucha gente si lo dejase. Sé que debería ser suficiente motivación para dejarlo, porque me gusta hacer feliz a los que me rodean, me gusta verlos sonreír.

Después de escribir esto mientras me he terminado el paquete que empecé ayer. He ido al baño, me he cepillado los dientes y espero con todo mi corazón que seáis testigos de mi mejor zancada. De momento ya me duele el costado izquierdo a la altura del riñón. Voy a zapatear un ratejo para evitar males mayores.

Un beso y hasta mañana.

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