Mi orgullo

 


2018 04 27

 

A mí me falta tiempo para recitar versos, a mí que el Alba no me despierta a horas intempestivas con sus peticiones de amamantar su alma.

 

Tampoco alcanzo a leer todas las letras del alfabeto nipón sino me quiero perder una sonrisa fontaneda de un solete que no para de crecer mientras me presenta en exclusiva sus primeros cuentos de su incipiente biblioteca.

 

Es tan poético como mis dos primas en su máximo esplendor. Es tan real como la vida en pareja. Tan alborotada y llena de imprevistos y que no tiene nada que ver con la vida de un soltero friki (es una redundancia) cuyo máximo imprevisto es que cambien de fecha la nueva entrega del capítulo de la serie que está viendo.

 

De cuánto me libro y cuánto me pierdo. De cuánto disfruto y cuánto añoro.

 

Es un regalo maravilloso el tiempo... El tiempo libre, el tiempo que comparto con ellas. Y me siento tan afortunado y bendecido… como solo.

 

Yo que soy de quejarme por mis horarios de trabajo y mi falta de… Media tarde con ellas y bendigo mi perenne adolescencia.

 

Yo que no soy de planificar mis carreras y dónde me surja voy… Media tarde con ellas y desaparezco ante todas las obligaciones que no pueden fallarles antes de mañana ir a ver a las abuelas.

 

Tan drástico como un pinchazo en el gemelo a 10 kilómetros de meta, tan ordinario como levantarse todos los días para ir al cole.

 

El destino me ha llevado a estar solo y con más ganas de jugar como mi prima que ella.

 

...

 

Mis zancadas no pasan más allá del parque, no encuentro la manera de acabar en tu cama y hacerme un hombre hecho y derecho… Quizás sea la hora de evitar dar el salto y simplemente ser un pacer gratuito de lux. Quizás sea la mejor manera de afrontar los años que nos quedan por vivir (como dice la canción) siendo el primo que tomó la dosis necesaria de soledad para vivir el cuento de Peter Pan en primera persona. Quizás tenga que esperar a que crezcáis para regalarme el sonido de sirena a las 3 de la mañana que pide pecho. Quizás sea un sendero en Picos de Europa el que me lleve a encontrar los brazos de mi principesa y en breve os presente a vuestra nueva prima.

 

Prima, tú que ya sabes leer, no leas esto. Es tan triste como maravillosos los momentos que disfruto a tu lado.

 

Prima, tú que no sabes hablar, no cuentes nada de esto; o si lo haces que sólo tú y yo nos enteremos.

 

Prima entiéndeme tú, que no hay nadie que me entienda.

 

 

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