Con pan y vino se anda el camino
2018 11 08
Supongo que hace
mucho que no veo anime y eso se nota. Me siento abatido y desangelado. Algo que
rodeaba mi día a día se ha ido disipando y con ello las ganas de salir a
correr, de leer libros extraños, de viajar hasta el gimnasio…
Creo que abandonarme a Steins Gate 0 será mi salvación.
Pero antes del maratón debo ir haciendo la maleta para la
Behobia, hacerme algo de comer y preparar algo para picar entre capítulo y
capítulo.
Ni siquiera verme en una foto de la @revistatrailrun en un
bonito artículo sobre la II Ribera Run Race que corrí saliente de noche de la
fábrica dónde trabajaba, me hace elevar mi espíritu (del Vino).
Supongo que, a parte de la falta de anime, sea por la
llegada del frío, la entrada en Noviembre, ver los catálogos de juguetes,
sentir la Navidad a la vuelta de la esquina. Siempre pasa, desde hace mil años
(41 menos la maravillosa infancia guiada por mis padres, ¿supongo?).
Volver a ser Bici, es lo que tiene; vuelve la melancolía. Mi
lado bohemio e intransigente con muchas costumbres ancestrales que no me llaman
la atención, aflora y me turba.
Debo hacer frente a esa parte tan característica en mí y
afrontarla como un desafío que ya he superado. Centrarme en los hábitos que se
han ido olvidando y enfrentarme a ellos. Visto lo visto en la foto de la
revista, aún tengo cuerpo para soportarlos e incluso derribarlos.
Nos pondremos a ellos, de momento voy a levantarme a hacerme
un buen plato de pasta con bien de queso… Todo vale, menos quedarse
contemplando como pasa el tiempo sin intentarlo. Y si eso no basta, pongo en
uso el refranero castellano: “Con pan y vino se anda el camino”.