SILENCIO

 


2018 11 28

 

- Ya no hay bares en silencio.

 

Me lo ha dicho un amigo con el que he quedado hoy martes para echar la quiniela.

 

Ya no hay bares con olor a arte entre los dedos,

donde las gafas de pasta se inclinan al mármol

y el café se enfría junto a un cenicero repleto

de versos de poetas que quedaron en el tintero.

 

Esa gris neblina que hacía de cielo encapotado,

esa sutil melodía de una cafetera vieja

repleta de buenos momentos,

esas risas a lo lejos de los camareros.

 

Ya no hay descanso para los enamorados,

rincones para el fluir de los bohemios

barras de mármol color hueso desgastado

tapizadas de una madera que mitigaba el frío.

 

Ya no hay mesas con patas de hierro,

redondas con el sitio justo y perfecto

para el café, el libro y el cenicero…

 

El silencio desapareció de los bares,

no son espacios para aposentarse

y observar con calma como pasa el tiempo.

 

 

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