CP San Silvestre Palentina

 


2019 01 08

 

Así es que puse la radio a tope y caminito a Palencia que llegaba justo según mis planes...

 

Y así fue como no fui capaz de ver a Ignacito antes de la salida, pero saludé a Depa y su sobrino y a otros muchos compañeros de @solorunners que se habían acercado.

 

A pesar de aparcar a más de un kilómetro de la salida, no fue tan malo. Allá lejos tuve tiempo de enfundarme otra vez el disfraz de Mr. Increíble, hidratarme bien, comer otro plátano de camino a la meta y calentar de lo lindo. No sé cuántas veces recorrí el pelotón de la salida.

 

Familias enteras disfrazadas, amigos haciendo el zángano con unos carritos de la compra tuneados, más súper héroes, elfos, abejas, caballeros de la corte teniendo como Reina a Freddy Mercury, Reyes Magos, todo tipo de pelucas y cascos, muchas batas de andar por casa y sobretodo muchas sonrisas, abrazos y fotos para el recuerdo.

 

Era la primera vez que participaba y la verdad que mereció la pena.

 

No andaba cansado y al salir tan atrás no podía ir demasiado rápido, pero aún así fui esquivando gente todo el rato, mientras cantaba y bailaba y animaba y me reía con los grupos que veía. Tenía ganas de llegar a casita y descansar. Aunque otros mucho más.

 

Ignacito fue como una bala a menos de 4… Yo no, ni quiero ni puedo. Además, el último kilómetro lo compartí con unos @solorunners inesperados que me encontré. Pedro y Ángel iban escoltando a Leti y me acoplé; saqué el móvil en la recta final con fuegos artificiales y un ambiente extraordinario en la meta y lo inmortalicé de la mejor manera posible...

 

Ellos por un lado a cenar en familia y yo seguí corriendo hasta el coche con las miradas extrañadas de la gente que sabía que estaba ya fuera del recorrido y yo… a mi rollo. Tenía ganas de quitarme el disfraz e ir camino de vuelta a casa. Ducharme por fin, cenar algo y quedarme en el sofá hasta que a la mañana siguiente fuera en busca de empezar el año de la mejor manera posible…

 

No se puede decir que el final fuera malo. 3 San Silvestres en 3 localidades distintas disfrazado de Mr. Increíble, en una corriendo con el equipo, en otra con mis amigos de siempre y en la última con el espíritu festivo de una ciudad entera volcada para la ocasión. 3 experiencias de 10 que no supusieron mayor esfuerzo que levantarme prontito (cosa que no me cuesta demasiado) y lo que si aportaron fue una sobredosis de optimismo para terminar otro año más… Otro menos.

 

Repartiendo sonrisas a diestro y siniestro sin más alcohol en mis venas que lo que puedan llevar 3 Radler mezcladas con 5 plátanos y dos cafés.

 

Si puedo lo repetiré, fue un subidón de todo menos un ligero nubarrón antes de las Doce Uvas de cuyo nombre no quiero acordarme… Por lo demás, una manera fabulosa de terminar un 2018 de 7 y desear un 2019 a todos lleno de ilusión y salud para que termine con un 10.

 

Mi estado físico al día siguiente fue estupendo, la evolución estos primeros días no tan estupenda, pero eso ya lo contaré en el siguiente post. Por hoy me despido. A seguir escribiendo, leyendo y haciendo deporte el resto del año que nos queda, pero sobre todo a seguir haciendo sonreír a los que nos rodean.

 

Feliz Año 2019 a todos los blogueros.

Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión