¿Será verdad que después de la tormenta llega la calma??? Aunque me haya levantado con un orzuelo en el ojo, aunque tenga que esperar a las 12 para cobrar, aunque tenga que hacer todo lo posible por darme de alta en la liga senior de baloncesto, aunque necesite un espacio para aderezar mis retos y ponerme a ellos. Supongo que el veredicto es claro: un respiro, que dios se dio el domingo para descansar y ni siquiera paró a mirar la birria que había hecho. Pero un respiro con agotadoras horas frente al baúl de los recuerdos que ahora se encuentra entre cuatro escuadras de plástico y una pantalla de plasma barato, con mi segundo apellido por montera y fieles comentaristas de mis infantiles pensamientos, mis más maduros y altos recuerdos, mis divagaciones autodidactas... una semana, ese respiro; de aprendizaje, de reciclaje barato y necesario. Una semana de puesta a punto, de mis rodillas a mis neuronas llenas de ritmo (ambas)... No sé cuál...