Desaparecido en Piñel de Abajo
2019 12 12
Olvidándome de todo, me presento en el bar de un polígono
que se deja entrever en la neblina castellana.
Mi amanecer ha estado salpicado entre la búsqueda de Kafka
en YouTube y su escucha mientras me adecentaba, de datos incongruentes entre
mis libros tomados de la biblioteca y subastas de primeras ediciones
millonarias.
Quizás por eso, ese amanecer kafkiano; el café y el aire
helado eran necesario.
Una foto ocupa en color, el centro de la portada del
periódico local. De lejos parece algo así como una marcha, cuando lo acerco a
mis manos y leo el titular que la enmarca, me da que pensar.
Mi incultura, mi memoria desprovista de cajones ordenados o
el variopinto escenario de los acontecimientos de este país me hacen temer lo
peor. José Valdivieso será otro prófugo del procés, un nuevo ministro que ha
volado con su cartera en los bolsillos, el nuevo delantero de la Ponferradina
que prometió demasiados goles y ahora se ha fugado, no sé.
Sin ánimo de abrir las páginas del diario, saludo a un
vecino de Villalpando y vuelvo a mi salón turbado por mi desconocimiento.
San Google me salvará de este desasosiego.
José Valdivieso es tocayo de mi padre. Mi padre se llama
Ángel y tiene Alzheimer. J.V. se ha perdido en un pueblín de la provincia de
Valladolid y no le encuentran, tiene 82 años y después de tomar el café en uno
de los dos bares de Piñel de Abajo, ha desaparecido.
Mi desasosiego se ha incrementado.
No he estudiado tanto como para juzgar al encargado de
maquetación de portada de El Norte de Castilla en Valladolid. No me hace falta.
“24 horas sin rastro de José Valdivieso”. Ese es el titular
dentro de una foto con once personas de espaldas, con chubasqueros de
Protección Civil alguno, entre tétrica, insulsa e intrigante...
Si un día su tocayo de debilidades, osea mi padre Ángel
García Diez, se hecha a andar y se extravía. Por favor, llamame a mi o a mi
hermana y le damos una foto a todo color si su intención es sacarlo en portada,
cuyo gesto es muy de agradecer.
Yo que había vuelto a casa pensando que era tonto y andaba
demasiado desinformado de la vida por no conocer a José Valdivieso, ese
violador en serie que se había fugado…
¡Qué digo, dios me libre!
Si es un pobre paisano que debido a su enfermedad se ha extraviado
y con todo el dolor de su corazón, familiares y amigos no le encuentran por
ningún lado.
Por favor, maquetador o lo que sea del periódico, un poco de
cuidado. Que este tema no es política o cualquier otra mamarrachada de opinión.
El titular no puede ser más exacto y conciso, pero dado el estado convulso de
una sociedad demasiado habituada a cosas poco serias y sesgadas o tamizadas por
un tupido velo (que ahora no viene al caso).
No traten una noticia de sucesos como una noticia de Estado.
José Valdivieso es un vecino que se ha perdido. No un
Puigdemont que se ha fugado.
Es mi opinión. Quizá la culpa la tenga Kafka o los diputados
de Vox o los independentistas de Tsumani Democratic… ¡Qué se yo!
Ya le digo, no tengo estudios. Quizá por eso me alarmé por
no conocer a José Valdivieso.
Gracias a su tremendo titular junto a esa foto que documenta
todo, le he buscado en internet y ahora si me le cruzo por la calle sé que debo
de llamar al 112.
…
Hace poco me dijo mi mejor amigo que no era tan especial
como creía. Totalmente de acuerdo. Soy uno más. Pero obviando mi busqueda en
YouTube y la lavadora puesta a las siete y cuarto de la mañana.
¿Quién de vosotros a buscado José Valdivieso en Google?
Al final, maquetador, te voy a tener que dar las gracias si
tengo la suerte de encontrarle. Ojalá sea así.
Mi más sincero apoyo a los vecinos de Piñel de Abajo y
aledaños y por supuesto a su familia, la mayor de las esperanzas. Se intentará
divulgar en la manera en que mi humilde blog llega a los que llega.
Otro día hablo de los relojes con tarjeta de datos
subvencionados para los enfermos de Alzheimer o con demencia senil y no tanto
parche...
Buen día a todos.