Del brasero al meme

 


2022 01 23

 

Me levanto después de la anestesiante pastillota para sobreponerme a la deliciosa mañana que he pasado y cuál es mi sorpresa, que para nada me sorprende…

Intento reservar entradas para el Foro de Cultura que se celebra esta semana en Valladolid, anunciado a doble página en el periódico local de hoy y… No dejan la posibilidad o ya están agotadas todas las entradas…

Me he puesto en contacto con ellos para intentar solucionarlo, pero bueno, tampoco espero demasiado, así que sólo deseo que me contesten indicando como poder seguirla por otros medios (directos de YouTube).

La verdad es que sólo quería ir para criticar. Porque supongo que nos intentarán engañar, salvo algún caso excepcional; y querrán colarnos lo de la economía circular y pamplinas de esas, que son parches para un daño ya cicatrizado y demasiado grande como para tapar con tiritas.

El tema, de todos modos, no me convence. “Del brasero al meme”. Hablar de cómo hacer las cosas del futuro, saltándose el presente y el pasado… Esa es la manera de solucionar todo ahora. Pero, calma Ángel, no todo tiene porqué ser malo… Hay gente con buenas intenciones y no corrompida que pasarán por el escenario…

¡No me lo creo ni yo!

Posiblemente el que haya escrito la palabra brasero, habrá buscado en Google un ejemplo de algo moderno en la actualidad… Ya se lo digo yo: subnormalidad.

Ahora no hay braseros en las casas porque somos tan subnormales que, si los tenemos, las quemamos. Igual que no hay gas, que no hay velas, que los coches aparcan solos, que el café sale de una cápsula, que tenemos tres espejos retrovisores para no mirar ninguno, que hay ascensores y una máquina en el gimnasio para subir escalones, que las pizzas se hacen en 8 minutos y un sin fin de evolucionismos progres que nos han llevado a conceptos tan chorras como bici estática o copywriter (que es el que te dice y escribe como vender un coche, pareciendo que al comprarlo hayas descubierto el misterio de la sábana santa o hayas encontrado el Nirvana) … Seguiría pero tengo que caer en el pecado carnal de inflar mi muñeca hinchable para darme un revolcón con ella, antes de que me la cambien por cualquier AI que haga mejores felaciones…

Maruja y yo nunca nos hemos quemado con el brasero, porque seré un pervertido y ella una ninfómana, pero de subnormales no tenemos un pelo…

¡Por cierto, me voy a depilar! A ella no le gustan los chispazos que doy, la electricidad estática, nos va mal… A seguir bien el domingo…

(Para el que piense que Maruja ha llegado por Amazon… ¡No, nada más lejos de la realidad! La gané en una timba de póker con brasero, puros y una botella de ron, en la casa de adobe de mi pueblo. Yo me jugué mi ojo de cristal y un cuadro de mi abuelo que todavía cuelga del salón y hace agachar al pilón a toda aquella a la que engaño para ir a pasar un finde a mi pueblo) Os iba a giñar el ojo, pero no puedo que me pongo ciego…

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