¡No ha cambiado nada!

 


2022 05 18

 

¡No ha cambiado nada! ¡No va a cambiar nada! Lo que sí es verdad, es que me hace ilusión que tengáis un pedacito muy mío en vuestra casa, espero, más concretamente en vuestra estantería llena de libros.

 

Yo no voy a parir, como muchos escritores noveles dicen, ni nada de eso… Yo he escrito un libro, con la naturalidad que otro se levanta de la cama con el pie derecho. Cada uno tiene sus rutinas, yo escribo a diario.

 

Yo no me peino a raya frente al espejo, ni me gusta usar zapatos los domingos… Muchos sabéis lo que me gustaba hacer los domingos, vestirme de corto y salir a correr… Muchos sabéis que desde hace un tiempo no lo puedo hacer. He cambiado carreras populares y entrenamientos grupales por algo que me entusiasma de la misma manera, aunque no mantiene mi cuerpo en forma.

 

Por salud mental, he escrito. Pasarme horas tumbado en el sofá no me va. He leído más de lo normal y esas lecturas han marcado las páginas del libro…

 

Es un libro escueto. A penas 160 páginas, ni buenas, ni malas, ni regulares… Mías, muy mías, incluso demasiado mías… Autobiográficas no, pero tienen mucho de mí, de mi pasado, de mis sueños y mis pesadillas.

 

Mi hermana y otros pocos, han hecho lo más difícil; yo ya me he quitado la “presión”. Nunca me ha gustado pedir favores, más que nada, por no poder devolverles en la misma proporción.

 

¡Os pido un favor! Reservad el libro, el cupo ya está cubierto. No lo necesito para publicar. Ya está hecho. Se encargó mi hermana y la otra parte de la familia. No sé si os gustará, pero… Soy bastante yo, un pico de mis embrollos emocionales, un tanto por ciento de mis preocupaciones baratas, un sin fin de debates taladrantes de mi cabecita loca y un poquito de alguno de vosotros…

 

Salen los solorunners, salen todas mis ex habitadas en tres nombres, salen mis dudas, sale mi refugio de adobe, salen mis amores perennes… salen mis ídolos camuflados en nombres propios poco casuales…

 

Si sabéis un poco de libros. El autor tiene que vender millones para obtener un millón. No es por dinero. Sabéis que me perdería con altos ingresos y los malgastaría en cosas banales.

 

¡Quiero estar con vosotros todo el tiempo! Que le echéis un vistazo cuando llegue a casa y digáis: ¡Mira Ángel! ¡Mira el puto negro! ¡Mira el Bici, habla de mi pueblo! ¡Este soy yo, fijo, cómo me conoce el cabrón!

 

Todos los personajes tienen algo de vosotros. Todas las situaciones las he vivido o empezado a vivir con vosotros, todas las discusiones, todas las conversaciones; han salido de mi boca en algún momento…

 

¡Estáis en esas páginas! ¡Estáis en las que sigo escribiendo!

 

Habéis sido mi refugio en ciertos momentos de mi vida. Desde que empecé a escribir el libro, habéis sido los protagonistas. Llevo como dos años con el proyecto. Es verdad que tengo “otro escrito”, mandé esta parte a un concurso y me propuso una editorial temeraria hacer este crowdfunding, para llevar a cabo el proyecto, sin riesgos.

 

Las letras que en él escribo, han ocupado el confinamiento y por desgracia, mi baja por problemas de espalda que aún están por resolver.

 

Os pido que me tengáis para leerme en la playa este verano, para que inunde la piscina de mi pueblo, para que me miréis a la cara y os riáis conmigo cuando volvamos a vernos; o de mí, sabéis que soy el primero que se ríe de sí mismo.

 

Lo podéis regalar, quemar en una hoguera cuando lo hayáis leído, pero con una ensaimada de por medio… No, en serio. Se puede leer. Yo por eso de corregir las erratas, lo he leído tres o cuatro veces, desde que el crowdfunding veía que salía adelante. Es entretenido, divertido y sincero, muy sincero… Tiene altos y bajos, senderos llevaderos y montañas empedradas… No hay autopistas hacia el cielo, sabéis que me soy más de moverme en el limbo del infierno. Hay pecados, confesiones, más pecados y misericordia a raudales…

 

Reservadlo, hacedme ese favor. La próxima cerveza que nos tomemos, os cuento quien es cada uno de los personajes y nos echamos unas risas, que va a ser mejor...

 

 

Entradas populares de este blog

Una madre palestina

Mil y una entradas

Reflexión sin pasión