Bodegas

2022 08 17 Después de pensármelo mucho, he vuelto a cometer un crimen. Llevaba años organizando mi vida para que esto no pasara. A veces me pregunto si el ser humano es tan vulgar, ingenuo, inocente… Me perdí entre preguntas con difícil respuesta y aquí estoy otra vez. Para la ocasión me he puesto la misma sudadera verde que hace veinte años fue el único testigo, aún vivo, de mi único crimen. Soy supersticioso. De eso me he ido dando cuenta con los años. He conseguido pasar por alto pandemias, guerras mundiales, cuatro gobiernos alternativos y, ahora, viviendo en una seudodictadura; apartado del mundanal ruido, mi vena criminal ha vuelto a aparecer y sigo dando innecesarias vueltas a mi tazón de leche con descafeinado. Me tranquiliza o mi hipnotiza, aún sigo sin saber su funcionalidad. Eran las siete de la mañana cuando, por fin amanecía. Llevaba dos horas dando vueltas en la cama. Andaba leyendo otra vez el legado de Orwell y mi cabeza estallaba ...