Caridad e inversión, todo un negocio
2022 12 22
Zelenski en el Capitolio: “La ayuda
económica a Ucrania no es caridad; es una inversión en la seguridad global”
https://www.msn.com/es-es/noticias/internacional/zelenski-en-el-capitolio-la-ayuda-econ%C3%B3mica-a-ucrania-no-es-caridad-es-una-inversi%C3%B3n-en-la-seguridad-global/ar-AA15xRWh?bncnt=BroadcastNews_TopStories&ocid=UCPNC2&FORM=BNC001&cvid=250c401f59d9493c8dc65068c863c6d0
No leo más, tengo suficiente con las
palabras caridad e inversión.
El humorista y presidente es claro. No hay
mejor chiste que el que es franco en sus palabras y habla de pasado, presente y
futuro.
En el pasado la caridad era bondadosa y
moralmente agradecida, tanto por el benefactor como por el que la recibía.
¡Cosas del pasado! Cosas banales, venidas del clero y de chalados como Platón o
Aristóteles. Si lo pensamos dentro de nuestra democracia (la española); son
cosas poscolonialistas, que hicieron de la caridad su bandera para seguir
usurpando la libertad, transformada en deuda…
El presente está entre los dos términos,
pausados con un punto y coma que taladra las conciencias… ¿Entonces qué hacer?,
nos preguntamos. Dejar morir, repartir junto al arroz, armas y misiles y ropa
para el invierno crudo que les espera… Dar, desprenderse de los desperdicios
para que otros los usen. Como Vinted o Wallapop, pero en plan humanista. Ese es
el presente que nos hacen vivir. Producir, comprar, ceder o compartir y vuelta
a empezar. Ese es la pausa, breve, porque no queremos pensar demasiado, si me
dices lo que debo hacer, mejor que pensar por mí mismo lo que debo hacer…
Y llegamos al futuro, donde vuestros países
podrán invertir. Es decir, vuelta a la rueda, pero en vez de allí, allá, en
Ucrania. Un filón donde producir y comprar, van a comenzar de cero… Y si
vencemos, ¡que venceremos! Habrá más lugares donde producir y comprar, ese
basto régimen que un tirano ha devastado con su egoísmo.
¡Qué grande el humorista! Desde Washington
con amor… Otros luchan por mí, sólo si vosotros les dais juguetes para matar.
Luego, prometo producir y comprar para vosotros, hasta el infinito y más allá…
Yo no sé de nada. Menos de economía global
y guerras geopolíticas. No sé, porque no quiero saber, son ciencias inventadas
por la élite, para que el vulgo (yo) esté (estemos) entretenido…
Se ha acabado el fútbol y viene la Navidad,
pero queda lejos un 25 de diciembre. Quiero entrar en el debate de Nochebuena,
seguir siendo noticia y joderos la cena. ¡No Zelenski! Estados Unidos, Europa e
Israel… Que los Emiratos Árabes nos han quitado protagonismo… ¡Basta ya de
Messis y messas! Ni una semana de festivo, zas… No es caridad navideña lo que
quiero, quiero ser el abanderado de la paz mundial a base de matar a todos los
rusos posibles y sus mercenarios…
Luego nos repartimos el gas, el petroleo o
lo que haga falta…
¡Qué hartazgo de todo! Iba a durar dos días
dijeron… Como el coronavirus… Y así hasta que otro meta la pata en sus
intereses, en sus asientos de piel, en sus butacas en hemiciclos de madera de
nogal, repletos de culos flácidos de nuevos ricos (políticos) que saben que
desde allí, pueden acallar mi moral, entre la caridad y una nueva inversión,
suculenta para sus bolsillos.
La otra palabra del titular es economía,
una “ciencia” de lo más peculiar, de la cual no quiero ni hablar. Una
astrología donde las cartas y las bazas, se las llevan los de siempre.