Hacia dónde vamos

 


Ayer descubrí que al ir a por miel

no se debe mover el panal

sin antes, adormecer el instinto.

 

Ayer descubrí la soledad del pintor con el pincel,

la empatía del autor con sus personajes favoritos,

el giro perfecto de guion con un cambio de visión...

 

Traspasar lo universal al papel de la rutina

trastorna al viandante de la Gran Vía,

provoca accidentes y atropellos,

descarrila el tren que nos lleva a la estación de Atocha…

 

Hoy me he tatuado un kanji en el paladar,

que ha sellado mi dulzura con candado.

 

Seguiré amurallando mi locura,

me arriesgaré a llegar cuerdo al final del camino…

 

Es el único sendero,

el mismo laberinto que debo recorrer,

si quiero alcanzar el verdadero legado.

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