Arder mientras el hielo

 


Arder mientras el hielo

corroe las pestañas.

 

Crecer en la aridez salina

con la hermosura de una flor.

 

Esclarecer entre la espesa niebla

la pálida belleza de un ángel.

 

Encender la débil luz de una vela

en la tormentosa noche desértica.

 

Imploré, recé, creí en la Trinidad

el día en que en tus ojos

vi dibujado mi destino.

 

2023 12 01

 

Empiezo diciembre sin bigote, aprendiendo, fumando, con dolores en los talones sin ejercer una gran presión sobre mí mismo. El peso justo, la sonrisa justa, el bolsillo como una soga al cuello.

 

            El coche arranca a la primera, pero no ejecuta todas sus funciones. Es una metáfora barata de mi cerebro. Le hace falta aprender más, sin sucumbir a sus debilidades.

 

            Voy a refrescar, son las 5.47 de la mañana. Voy a preparar la maleta, a deslizar mis huesos entre el día lluvioso sin provocarme artrosis reumatoide.

 

            Seguiré pendiente de los importantes. Ella, él, ella… Las que menos versos tienen, los que me dejaron componer canciones sin éxito, las que me corrigen todos mis errores…

 

            No recuerdo los ojos en que vi dibujado mi destino, quizás fuera un espejismo, un oasis en un verano de fugaces amores, un invierno de mucho frío sin manta en la que acogerme, un otoño sin paseos por un parque inundado de colores, una primavera sin cerezos en flor…

 

            ¿Quién sabe? ¿Quién lo quiere saber?

 

            Empieza diciembre y sigue mi demencia haciendo estragos.

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