Perdiste

 



Ahora perdiste lo único que sabías ibas a mantener, pasara lo que pasase… acabas de perder su confianza por lo de siempre, por quedarte en pelotas y tirarte a la piscina sin mirar si estaba llena o vacía, aunque aquí tenía alguna pista de que estaba medio vacía ¿por qué no serás algún día más inteligente y egoísta? No son dos calificativos malos.

¡Cállate de una puta vez!

Cuando más feliz puedes llegar a ser, cuando más cerca estás más “apología del terrorismo haces”. ¡Te odio, Ángel!

 

2023 11 24

 

No tiene fecha, supongo que sea cuando me alejé de Lira, recién salido del hospital psiquiátrico… Hace años, por no molestar… Ese sentimiento era muy común en mí. Ahora lo voy recuperando, pero la intermitencia, por la edad; en los encuentros. Hace más difícil todo.

 

            Cuesta acallar los prejuicios, ahora estoy trabajando en ello, con profesionales del sistema nervioso central. Los dolores se dominan desde el cerebro.

Corazón es a alma, como cerebro es a mente. El cerebro es plástico, debo ejercitar esa plasticidad, en ello estoy. Escribir sirve, sirve de mucho.

 

(Voy a ducharme, que lo he prometido, y me lío con esto)

 

            Escucho los vídeos del grupo del UAAD (Unidad de Afrontamiento Activo del Dolor) y me ayudo. Lo comparto en X (Twitter). Antes me he puesto dos apósitos con lidocaína en las zonas más afectadas de mi cuerpo… Hay que gastarles, apoyarse en la medicación, no está prohibido.

 

            Volviendo al texto sin fecha; con fecha de caducidad, espero. Mis conversaciones (mías, porque las hago conmigo mismo) van encaminadas a otro escenario.

 

            Ahora tengo una diva que me distrae desde el recuerdo de un par de escenas, de hace mucho tiempo. Es poeta, artista del medievo, afincada en una isla del presente, que mira al futuro casi, con desesperación… Esa visión me espanta, y a la vez me atrae muchísimo; la veo necesaria en mi mundo, en mis conversaciones.

 

            Tener presente el futuro es necesario, inevitable, esperanzador. Combinar el trabajo en el presente con los días venideros, desarrollar elecciones encaminadas a una puesta de sol, un libro culminado antes de febrero, diez lecturas de autores “desconocidos”, recitar mil poemas en voz alta…

 

            Sin impaciencia, con constancia. Sin gritar a mi oído: ¡Te odio, Ángel!

             

            Perdemos contra Japón en balonmano femenino, suena el teléfono (mi hermana). Supongo que escribir una poesía, me serviría de algo, pero no. Prefiero seguir buscando, sin prisas, cuando empezó todo. O incluso mejor, esperar a que acabe la lavadora, sentado en el sofá leyendo.

 

            Es una manera de mirar al futuro con decisión, con calma, y seguir cumpliendo objetivos en silencio.

Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión