Dejando que la nieve

 


1996 11 06

 

Dejando que la nieve
se deshaga bajo mis pies
espero apesadumbrado
tu ansiada llegada.
Unas pisadas a lo lejos
esparcen la nieve
y el vaho de tu aliento
se acerca a mi boca
-noto su terciopelo-;
cierro mis ojos
y veo tras la niebla
tú figura esbelta.
Tus brazos me abrazan,
tus labios me besan,
tu corazón me ama
aquella tarde de verano.



Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión