Deseo tu voz. Encasíllola

 


Deseo tu voz. Encasíllola.

Un roce. Dos latidos. Minutos.

Una lengua me acaricia. Sufro.

“¡Tu sostén!”… risas y un adiós frío.

 

                        25-Noviembre-1996

                       

                        Inspirado en Miguel Suárez

 

Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión