HORRENDA REALIDAD
Espanto que produce
la realidad circundante
a un centro equidistante
del lugar de los hechos.
Un centro que despide
la madrugada con el rayo de sol
primero que sale con el aura
de los confines inmediatos.
Un centro que dista
de las tormentosas multitudes
que circulan vagamente
por la inmensidad.
Un centro que trata
inexorablemente de alejarse,
sin motivo aparente
pero con fervorosa ansiedad.
Un centro, mi ego,
que me traslada, no en vano
a otra órbita celeste,
anticlerical y hereje.
Un centro cansado
de su nombre, de su esencia,
de su existir determinado
por la horrenda realidad.
10-Noviembre-1996