Despréciate a ti mismo

 


Despréciate a ti mismo

Y busca en los demás

Tu identidad

¡No hullas!

Desprecia a tus semejantes

Dejando atrás viejos

Lazos.

¡No hullas cobarde!

¡Olvídame!

Arrodillado en el lecho

De un valle ahogado

Por el grito,

El silencio te arropa,

Dejas apartado ese demonio

Que carcomía tu pecho

Y el arropo ayuda

A salir tu ego,

A expandir tu cuerpo,

A amar las palabras,

A besar las miradas…

¡No hullas yo te acojo!

Como un cordero

Acoges la onda infernal

Que te ahogará en el sinsentido

Después de guardar

La esperanza

De tus hermanos

Y escupirla sin apenas

Haber tosido lo suficiente

Te recoges en su ardiente

Abrigo, le adoras

Por el placer que desprende

Su aullido

Y al saturar tus sentidos

Desvelas el tamiz de la razón

Y buscas… ¿qué buscas?

¡Auxilio!

Nunca deberías habernos abandonado

Es tu destino

¡Por favor!

Suplicas hipócrita

¡Fuera de aquí cabrón!

Sus gemidos enfermizos

Abrieron llagas mortales

Que mordieron enloquecidos

Un destino.

 

                        4-Diciembre-1996

 

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