Espíritu manso

 


1997 05 25

Solitario un día quedaría, si los ojos de aquel pájaro que trina sonetos de amor perdieran su mirada en otra mirada. Podría soñar que es mi dios aquel pájaro; idolatrar la finura de su canto hasta el summum, creando alrededor de su figura una aureola de las más coloridas y hermosas flores silvestres.

También sería bonito que ese pájaro atendiera solamente a mi mirada mientras que los otros mortales no pudieran escuchar el canto alimentado de amapolas que silva su blanco pico. Querría que fuese negro, con los ojos azules, fondo del cielo, y las patas verdes con membranas para poder nadar entre los árboles.

Despistado estoy entre la pubertad de mis sueños y el despiadado atolondramiento de mi espíritu; mi cuerpo tampoco acompaña, se siente cansado, tierno; mientras que mi corazón es el epicentro del último terremoto de pasiones que ha ocurrido en tu pecho.

Quizás no sepa que mis letras son vanas… Sigo soñando en un espíritu, posiblemente manso, que las tome como suyas.

Entradas populares de este blog

Mil y una entradas

Una madre palestina

Reflexión sin pasión