Desgraciadamente para mí
Desgraciadamente para mí
esta vida es competitiva,
algo que no alcanzo a comprender.
Vale que las rosas luchen
por ser la más hermosa,
o los leones por ser el más feroz,
y hasta las aves por
volar cuanto más alto mejor.
Puede que hasta cierto punto
pueda proclamarte a ti
la más bella,
que para mí seas
la cumbre máxima del esplendor.
No quiere decir eso
que tú seas bella,
ni siquiera cumbre esplendorosa.
Sólo yo
puedo proclamarte reina;
no debes serlo
más que en mi interior.
No comprendo
por qué jugáis a ser bellas
si la mayor belleza
está en mis ojos, amor.
1-Diciembre-1997