Me entregaste tus emociones

 


Me entregaste tus emociones

A la vez que agachabas

La cabeza mimosa.

Me pediste que nunca

Te abandonara, mientras

Recogías las hojas otoñales

De la desnuda arboleda.

Me tapaste aquella noche

Fría de invierno, cuando

Corrías alborotada tras

Aquel polluelo.

Me curaste el corazón,

Partido después de haber

Estado sólo aquel verano

Tan frío.

Llenaste de primaveras

Aquel enero que cruzaste

Ante mí tu cuerpo.

Bajaste la luna blanca

Y jugueteando con ella

Me descubriste tu alma

Tan pura, tan bella.

Pero si tú te vas

Cariño mío, dime

Por favor, quién curará

Mi corazón partido.

 

 

 

 

 

 

            23-Diciembre-1997

Entradas populares de este blog

Una madre palestina

Mil y una entradas

Reflexión sin pasión