Te añoro
miércoles, 16
de diciembre de 2009
Ayer me besó y parecía tan real que
tarde en dormirme, luego, supongo que por la lectura tan bonita; me atreví a
tener un hijo con ella. Estaba más guapa todavía, luego vino Italia, Diana
Gorgé que la cuidaba… bueno, otras cosas menos bonitas. Pero me quedo con los
besos. La vi, te lo juro, fue tan real… la vi, me vi…
Esto lo teníais que saber, porque
cada vez queda menos para volver y no sé muy bien que hacer; más que nada por
las consecuencias. De momento, espero tener vacaciones en Navidad para poder
moverme con libertad, mirando por allí y por allá.
Bueno, que tengáis buen día. Voy a
por el cafecito y a envolverme bien que hace frío ahí fuera… me duele mucho la
muñeca… veremos a ver qué tal día tengo yo.
Después del desayuno sólo tengo
ganas de ver a Dieguitos y Mafaldas… “Te añoro”.
Bueno ya hemos vuelto y la verdad es
que he puesto las 300 placas, ¡en caliente…! Ahora sólo me duele la muñeca,
pero veremos después de comer algo y ducharme. Mismo plan que ayer… ah, una
cosa, se me ha pasado por la cabeza (escuchando una de Estopa cantada por
Serrat) Lira. Supongo que no nombrar es como negar. Me explico, bueno no,
quiero decir que no me voy a explicar. Un error que no volveré a cometer,
espero. Separarme de los que más quiero, no sea que les deje de querer… o ellos
a mí.
Que más… que me gusta estar
enamorado de E.P.D. Es algo que necesito, me da la vida recordarla como esta
mañana. Venía pensando, después de escuchar a Estopa… cuanto tiempo había
pasado de lo nuestro, que fue una chiquillada, un amor juvenil, llámalo como
quieras. Creo que hay una canción por ahí que dice que todos los amores que
tenemos a lo largo de nuestra vida sólo sirven para hacer olvidar el primero y
verdadero amor. Pues ella lo es y, lo será siempre. El primero, el verdadero y
el que no quiero dejar en el olvido, porque cuando me llega a la mente… muy de
vez en cuando; me sienta bien, me siento estupendamente. Y al que más veo de
los dos es a su novio desde hace 10 años o por ahí. Lo sé, no tengo
posibilidades… pero y si las tuviera, tener en vida lo que hoy tengo en sueños;
merece la pena, seguro.
Nos acaba de ofrecer Alfredo jugar
al fútbol y no podemos por más que negarnos… no sea que hagamos el ridículo.
¡Qué pena! O como dicen por aquí: ¡porca miseria!