Las flores amarillas llegaron

 


2011 10 04

 

Las flores amarillas llegaron

y es ahora cuando no divaga;

un acelerado instinto me llama

a la razón, al júbilo controlado,

a la pasión entre montañas…

 

Desde afuera dicen que deliro,

mas nunca la cordura me ató tanto.

 

Es como si el caballo desenfrenado

optara por comer el pienso

que el amo le ha mostrado siempre.

 

¡No es claudicar! ¡Es otra honda!

 

Es reescribir mi historia

sin cicatrices que limitan mi fuerza,

es encontrar respuestas

en un mundo sin tantas búsquedas,

es limitar mi existencia

a vivir el momento presente,

                                               preciso.

 

¡No es claudicar!

 

No es morir

                    entre flores amarillas.

 

Es haber tirado la tele

                                   por la ventana.

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