CP Marcha contra el cáncer

 


 

2014 10 26

 

Ayer empecé el día con Lana y lo terminé con ella y una copa en un bar debajo de mi casa... Derrotado, hecho añicos, defraudado y confuso...

Hoy me levanté con las ideas claras. Primero yo, luego yo y después yo.

Fue un desayuno con mi madre para celebrar sus 39 años de casada.

Luego una carrera no pronosticada con buenos amigos, llena de risas, fotos y más risas; comida con mis padres a solas, con pullitas bien llevadas y más risas mientras mi hermana jugaba al paddle en mi casita... Duchita rápida, me puse guapo y a celebrar el cumpleaños de mi Reina de 3 añines, preciosa estrella que ilumina por dónde pisa... Es alucinante y tan fácil de querer que me vine arriba...

El día me deparaba un regalo a mayores...

Y por qué no me lo voy a merecer, claro que sí. Se paseó conmigo, me abrazó y se fue. Una tormenta de verano en un día reluciente.

Hizo de un día estupendo e inolvidable, ya de por sí; EL DÍA.

Después de un año sin sal, aunque repleto de buenos momentos, de experiencias maravillosas, gente nueva excepcional, y días especialísimos. Pero sin sal... Esa sal que le hace falta a la vida. Esa sal que es el único y más valioso motor que hace que se mueva todo...

Sabéis de lo que hablo... Claro que ha habido sal... Pero nunca me había sazonado yo.

Paseaba como un cura bendiciendo a todos, pero sin pensar en mi bendición, sin pensar si quiera, que yo fuera digno de ella.

Y sabiendo de mis fallos, mis limitaciones y demás taras, propias de cualquiera que se haya atrevido a vivir la vida de finales del siglo XX y principios del XXI sin atarse a lo que otros nos quieren imponer, sin dejarse llevar por la ruleta de la fortuna que proponen algunos... y con el apoyo de los cánticos de mi Reina y sus allegados, me convencí de que debo bendecirme.

Si el agua no es bendita, si me espera la crucifixión después de ello o la excomunión... Me cambio de religión y reniego 3 veces como Judas.

Si la sal me reseca la piel, atasca mi bañera o revienta las tuberías... Se hidrata con crema, se renueva el baño o se llama al fontanero...

Sólo espero tomarla como la receta el médico, sin excesos, poco a poco, con reservas, pero sin miedo... Haciendo a un cuerpo mal acostumbrado al exceso de azúcar a ir asimilando la riqueza que aporta... Sabiendo que el efecto rebote es importante y que es un material muy poco común y carísimo de encontrar...

Me bendigo, porque yo lo valgo. Y que sea lo que dios quiera...

Y hoy que han puesto una hora más al día y estoy harto de regalos, voy a descansar con Lana y dar gracias a todo lo que me rodea porque tiene su toque de sal y eso aún sin su bendición, me lo he ganado yo solito... Si va a más, ole mi salero!!! Voy a cubrir mi vida de sal!!!

Ciao, con la sonrisa más grande en muchos años!!

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