CP Cross de Rioseco

 


2015 06 14

 

Apagar ruidos no es silenciar problemas. Es escucharse en el silencio de la soledad y dejar que broten los deseos. Las piedras en la montaña. Mi cuerpo es de agua, células que se renuevan cada segundo buscando un oxígeno que muchas veces, yo mismo les niego.

Mi cuerpo pide poco, le he enseñado bien.

El problema viene con la negación a sus pocos deseos; la lleva fatal.

Pero no puedo negar a mi cuerpo lo que me pide. Sería ir contra natura.

No quiero negarme a mí mismo los sueños. No quiero abandonar la esperanza por un amigo que añoro. Me puede doler, matar a puñaladas… ¿pero acaso no nos mata levantarnos de lunes a viernes de madrugada por un mísero sueldo? ¿No nos mata el tabaco y sus impuestos? ¡No lo dejamos, verdad!

Pues lo siento primo, pero no me pidas abandonar un sueño porque merma mi salud. Quizás mi cuerpo en vez de oxígeno necesite fuego…

La parálisis cerebral está lejos de colapsar mis ruidos. El silencio, si es a vuestro lado, encuentra su sentido.

El silencio, en la soledad; con mis ruidos, busca reconciliarse con el paisaje y te juro que no encuentro mejor entorno que enfundarme la camiseta de runner, ponerme tres imperdibles con el último dorsal (232) y buscar su compañía por el canal…

Mi salud, esa que tanto os preocupa, no depende de farmacias y recetas… pende de vosotros. Sois mi oxígeno, mi vitamina C, mi agua cuando estoy sediento, mis ascuas cuando estoy ardiendo… y cada cual tiene su momento… y las noches se hacen muy largas desde que abandoné al oso panda que mi abuela me compró con dos años en el Justo Muñoz de la calle Teresa Gil…

Ya no me vale cantar Amigo Félix, con el tiempo nos complicamos la vida y nos hacemos esclavos… Lo dicho, mi cuerpo pide poco, le he enseñado bien pero… todos tenemos nuestras necesidades…

Ahora mismo engordar, voy a ello que mañana toca escuela y me estoy alargando en laberintos que sólo hacen más evidente mi única salida.

 

 

 

 

 

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