#MeMuevoEnEnero

 


2019 01 18

 

@pitufollow, es decir Sergio; motiva más que un caldo bien calentito después de un paseo sin guantes por el frío invierno de la Meseta…

 

En serio, llevo un año deportivo (17 días, más concretamente) de lo más hermético, encerrado en el McFit (mi gimnasio) siguiendo los entrenos programados por una aplicación (Workout Trainer) y pasando olímpicamente de salir a correr a menos dos grados, ya ni os cuento lo que paso de los entrenos programados por los entrenadores de @cdsolorunnersvalladolid.

 

Pero claro, yo que soy adicto (entre otras muchas adicciones) a mirar el Instagram todas las mañanas para ver a los negros como hacen virguerías con un balón (NBA), también veo como los influencers que sigo desde que tuve el orgasmo de disfrutar kilómetros con ellos en mi etapa en Barcelona, no paran de animar sanamente a la gente a no solidificarse.

 

Los veo y sé que si estuviera allí, llevaba a día de hoy 170 kilómetros en mis paticas (a 10 por día) y sin forzar. Pero como yo nací y volví a Valladolid, no disfruto en el mes de enero de 10 grados a la sombra y con los años me he vuelto un friolero y un comodón.

 

Pero me motiva ponerme un dorsal cada finde y éste pasaré por el Cross de San Antón, pero se avecinan turbulencias y debo de entrenar para terminar medio decente un Trail durillo el último fin de semana de enero.

 

El caso es que viendo que @pitufollow nos dio una segunda invitación para movernos en enero con el reto #MEMUEVOENENERO, decidí ponerme a ello. Porque no quiere Ironman, ni maratonianos. Invita a subir las escaleras en vez de subir en el ascensor. Invita a ir en bici al trabajo, o corriendo. Invita a andar 30 minutos al día. Invita a eliminar el sedentarismo de nuestro primer mes del año. Sin más pretensión que llevar una vida más saludable.

 

Ayer ya me puse a ello, la verdad es que no estoy parado. Desde que empezó el año he jugado un partido de fútbol 7 de más de hora y media, he corrido el Cross de Tudela, he hecho 8 sesiones de gimnasio de poco más de media hora y ayer tuve mi primera sesión de rodillo de hora y media… Os puedo asegurar que estoy hecho una mierda.

 

Mi adicción puede con eso de largo, necesita de su dosis de kilómetros a diario para ralentizar su implacable maldad. Pero el frío me puede, la espesa niebla, el hartazgo enfermizo de los runners que se preparan metas como la maratón de Sevilla u otros retos (muy valorables en el mundillo, pero yo soy más anárquico y pasota). Soy más de plantearme retos literarios o familiares o sentimentales… Esos que no son tan “televisivos” por ponerles un adjetivo calificativo y no entrar al trapo.

 

Reconozco que me gusta saber lo que voy haciendo con mi cuerpo y alcanzar metas como a muchos. He pecado y me dejo llevar por las aplicaciones, los relojes GPS, las equipaciones técnicas, las zapatillas adecuadas para cada terreno… Pero no me pidas que siga a rajatabla una planificación de entrenamiento porque no prometo nada…

 

Pero llega el señor Sergio y te motiva a dar un poco más, porque si quiero acabar decentemente el 27 de enero el maratón del Trail Secretos del Duero con 2500 de desnivel positivo, necesito hacer algo más.

 

Y la verdad es que sí quiero, como dicen, ahora en los juzgados de los pueblos.

 

Es como antes en el baloncesto. Jugar la fase de grupos estaba muy bien. Pero jugar los play off por el título era una motivación extra que invitaba a entrenar mejor, exigirse más… El cuerpo, a pesar de las derrotas, lo agradecía. La mente lo agradecía aún más. Jugar con los mejores, a pesar de nuestras limitaciones es muy motivador para la mente.

 

Es como escuchar una charla de un tal Mario Benedetti en la UVA (hace mil años), motiva para seguidamente seguir escribiendo cientos de versos mediocres durante años, seguir leyendo poesía, seguir adquiriendo libros para tus estanterías, seguir formándose como escritor aficionado que uno es acercándose a la biblioteca, etc...

 

¿Me entendéis?

 

El caso es que todos, y los más anárquicos como yo más; necesitamos a un @pitufollow una @go_miriam un compañero de fatigas en el gimnasio (que no tengo, ¿alguien se ofrece?), un Pedro Pablo como compañero de kilómetros que te recuerde tu adicción, una Sonia que sin sonreír no corre, un Curro y un José Carlos que corren como los ángeles sin darse demasiada importancia, una aplicación en el móvil que te recuerde una hora antes que empieza tu entrenamiento diario y sobre todo una manta y un sofá para sentarme a leer vuestras entradas en los blogs y seguir escribiendo poniendo la calefacción a tope, que en Pucela hace un frío que pela en enero… en febrero y puede que hasta marzo sea más de caldo calentito que de Mahou fresquita.

 

Pero necesito de todos ellos un poco para jugar corriendo por el monte; sonreír de principio a fin de la carrera y llevarme un dorsal suculento para casa y otro relato que contar. No se escriben las historias sino te pones frente a un cuaderno o tu portátil e inviertes algo de tu tiempo, un blog conlleva priorizar unas cosas por otras. Seguir una serie, leer el último de Pérez-Reverte, ver la última película de súper héroes… Nuestro ocio, si se quiere; reduce tu tiempo en otras muchas cosas. No hablo de obligaciones (como algunos se toman el deporte aficionado), hablo de ocio.

 

El caso es que @pitufollow, GRACIAS por esos retos que tan sanamente nos propones mientras tu sigues batiendo récords y logrando los tuyos propios.

 

Ahora mismo me pongo a ello.

 

Después de leer esto, a levantarse del sofá, vasito de agua y a por el siguiente blog, hoy recomiendo un par de ellos que también son aficionados a mover el culo del sofá más de lo habitual y que quizás este año coincidamos; pero eso en otra entrada más adelante. Ahora os dejo con ellos, elegid, primero uno y después otro; pero los dos a la vez no que eso sólo es bueno con un caldo y un poco de jamón.

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