Epístola electoral
2019 04 18
Llámame pervertido, soplapollas, necio, depredador, inocente
o lo que te venga en gana… En pleno siglo XXI, cuando Internet invade en
Smartphones que valen más del salario mínimo español, nos escriben por carta
los reyes magos en plena primavera gastándose un dinero que los prestamistas
les dan a fondo perdido para seguir con sus argucias y triquiñuelas al margen
de la ley.
Todos quieren ser indultados antes de cometer el crimen.
No he recibido ninguna carta en papel reciclado. Han pasado
del blanco y negro austero con ilustración, al plástico a todo color con
fotografía de portada de celebración de la Champions en un abrir y cerrar de
ojos.
Unos me llaman por mi nombre (razonable), otros compatriota
(un pelín obvio), otros amigo (se han venido muy arriba), otros te advierten y
otros ni siquiera saludan y sólo bocean en un telegrama colorido.
¿Nadie les ha enseñado a escribir una carta? Hay plantillas
en Word, no es tan difícil.
Las he leído delante de mi padre y nos hemos echado unas
risas, el desde su perspectiva y yo desde la mía… No está mal unos buenos
chistes para empezar bien el día, luego ha venido mi madre y nos ha contado uno
que le había contado su amiga del pueblo, pero no ha tenido tanta gracia.
Mi padre parecía querer que se los repitiera una y otra vez,
yo le he dicho que no merecía la pena. Lo bonito es la sorpresa del momento,
aunque él con su demencia la puede tener cuando quiera; no he querido que se
nos vaya de las manos… He cogido los panfletos y me los he traído a casa para
reciclarlos.
Por una razón de civismo y responsabilidad patriota les he
vuelto a leer antes de mandarlos al cubo azul y me he venido abajo. Entre estas
lecturas tan amenas, el gris del cielo en plena semana santa y el sonido
entremezclado de la lavadora con la emisora de radio, no me queda más remedio
que calzarme las zapatillas e ir corriendo hasta el gimnasio para despejarme un
poco…
En pleno siglo XXI y que sigamos tan atrasados en lo más
básico me alarma.
Llámame chiflado, ignorante, pesimista o pelele… El problema
le tienes tú, ser apolítico es arrogante, aunque ser político debe ser
espeluznante.