Humo trascendente
2021 03 28
Todo el mundo habla de vacaciones. Yo aún no me las merezco,
de hecho, el próximo jueves y viernes que son santos, yo voy a trabajar en mi
fábrica por recomendación de mi capataz (ahora se llama encargado o jefe de
producción).
El caso es que tampoco me quita el sueño. Hoy he dormido
como un lirón (cinco horas seguidas), aunque es verdad que he necesitado
despertar a la hora de siempre, cansarme ligeramente y volver al abrigo de las
sábanas. Me ha dado por la meditación trascendental al leer una entrevista a
Santi Balmes en el Profesor Jonk. Lo trascendente, nunca sabes de dónde puede
llegar.
Él, ellos, mis Love of Lesbian queridos; han sido el primer
concierto masivo en esta situación variopinta que estamos viviendo. “Concierto
piloto”, qué término más triste. Espero que no les salga mal, ya se lo he
comentado al Profesor. No me gustaría que mis LOL fueran protagonistas de esas
noticias que no veo y les pintaran de locos o algo peor (si les tacharan de
locos, creo que estarían completamente orgullosos y con razón). El caso es que
el Profesor, un día tuvo la suerte de entrevistar a Santi y entre sus
respuestas a un supuesto cuestionario de Proust, él respondió a una pregunta
relacionada con el silencio y los jóvenes que, él mismo la practicaba a veces
(hablo de la meditación).
El caso es que, en ese primer despertar, en el que me cansé
un poquito leyendo capítulos del libro de Laura Montero Plata y acercándome a
vuestros blogs, después de desayunar un cafecito poco cargado y asomarme a ver
los globos aerostáticos que surcaban el cielo azul me dije; ¿por qué no?
Busqué en YouTube meditación trascendental y salieron varios
vídeos. Escuché uno en versión original con subtítulos y me acerqué al
dormitorio. ¡Venga de regalo de domingo! Me desnudé y me acurruqué en mi nido.
Por grata casualidad, coincidencia o destino, tengo un libro en una silla
cercana que se elevó con su título: Meditación sin gurús. Lo abrí y saltándome
los agradecimientos, leí su primer capítulo, tras el cual invita a meditar por
cinco minutos. Resultado, una siesta reponedora de casi tres horas, tras hacer
caso a un libro e intentar seguir al pie de la letra lo que escuchaba en este
vídeo.
Me he levantado repuesto, aunque con algo de hambre. He
desayunado, escuchando a mi cuerpo y me ha saltado un mensaje en el correo, del
que puedo considerar un amigo.
¿Al que te regala un libro, se lo puede considerar amigo? Yo
creo que sí, aunque no le pueda poner ni cara ni voz ni cuerpo. Es sólo un buen
blog, otro acompañante de sin sentidos y de aficiones, de reseñas con detalle y
con su dosis de talento templado en cada palabra que escribe. En español y en
inglés, por lo que, si quiero, aprendo el doble.
El blog es de referencia, él se llama David y me ha mandado
por PDF y por ePub una serie de documentos. Esta vez, el documento es el libro
del que hace la reseña. Humo de José Ovejero. Me intriga, he leído las primeras
páginas y sin duda es diferente. El niño, la gata y Andrea (nombre ficticio) se
han enredado en mi cabeza y me he parado para, como casi siempre, escribir algo
sobre el tema que sugiere. De momento es la supervivencia y la compañía en
soledad. Esto último suena contradictorio, pero se puede dar, como dice alguna
canción que ahora no recuerdo de quien pueda ser, echarse de menos estando a tu
lado.
Sólo quería agradecer a estos blogs y sus blogueros, hacer
de mis no vacaciones, días tan hermosos que podría enmarcarlos, como los
cuadros de Rubens que vi ayer al visitar el Louvre de manera virtual. Días
mágicos respetando a pies puntillas, tener el mínimo contacto.
Quien no viaja es porque no tiene fibra, lo demás son
chuminadas.
Eternamente agradecido, disfrutad de vuestras merecidas
vacaciones, yo voy a hacer comida exótica para uno, fajitas mejicanas sin
picante que me ataca al estómago y quiero seguir leyendo sin retortijones.