Comunismo neoliberal
2021 05 29
Después de leer para desayunar dos textos sacados del libro
de Liu Xiaobo, No tengo enemigos, no conozco el odio. Después de
leer uno de sus poemas y encontrar su último texto por internet, me he lanzado
al ruedo del verso, con la esperanza de que la poesía sea un arma arrojadiza,
con estos versos...
En un gesto de lo más taurino,
un neoliberal más, disfrazado de rojo chinesco,
ha querido difuminarse entre el olvido.
Las ideologías se han desnudado.
Nadie grita ya por un manifiesto,
aunque lo disfracen con banderolas,
nadie sacude su espíritu en las sinagogas
sin pasar antes a recoger su limosna, su sustento.
Somos meros memes baratos de un 15M
que se quedó en una acampada estival,
cien mil instantáneas para facebook
y millones de data, incalculables en su valor
para la oligarquía comercial mercantilista del momento.
Aún hoy, siguen jugando y comerciando con ellos.
Al pueblo le enfrentan en discusiones de barra,
mientras ellos educan a sus hijos en el gobierno de
borregos.
En sus palacetes de plata, cenan juntos patrios y apátridas,
mezclan sus espermas para asegurar la continuidad de su
raza.
El caciquismo se ha visto acrecentado por mentes prácticas
que han visto, en la eclosión desmedida del social
networks,
su trending topic particular, para asegurarse un
sueldo desmedido.
El club tiene acotado el número de plazas.
Ellos con “argumentos” de peso, siguen ampliando
el aforo para su cuadrilla de portadores de megáfonos;
esos que aturden los oídos del pueblo,
esos que alienan corazones saturados de alabanzas y rezos,
esos que se conforman con llevar pan a sus casas
y leer sus desaforados gritos, mientras el azúcar
se va diluyendo en su taza de café serigrafiada:
“Al mejor runner del mundo”… de tus hijos con un futuro
incierto.
… Para el que los lea, no voy en contra de Pablo Iglesias
(el coleta, para mi madre y para mí). Me sirve de motivo reciente para empezar
un poema, simplemente. China me queda muy lejos, del comunismo sólo sé la
teoría y las imágenes que nos muestra una tele que en mi casa no supone gasto
para los inflados impuestos de la red eléctrica. No trata sobre esa élite, no
la conozco tanto como para hablar de ella. Habla del pueblo,de mí, de ti, de
nosotros. Habla del silencio acomodado de las redes sociales que saturan
nuestro retiro amilanado de las calles. Quizás haya exageración, no lo creo, lo
digo para que no te asustes. Posiblemente no lo hayas leído tan claro en los
titulares de hoy en el periódico. Creo firmemente que la China de hoy se parece
demasiado a EE.UU., Alemania o incluso España; para eso sí que vamos
adelantados.
Al buscar un título, porque un “buen” poema sin título, es
como un caramelo sin envoltorio. Lo metes en la boca, se deshace rápido y pides
otro. Yo quiero que estos “versos” no se queden en el olvido y lo primero que
me ha salido es Comunismo neoliberal. Podría subtitularlo, el nuevo patriotismo
(desfigurado por supuesto).
Es jodido comprobar como la globalización nos quiere cada
vez más separados unos de otros. Quiere que te enemistes con tu vecino y mires
con celo su coche, su fantástica mujer y busques superarle, una y otra vez; con
la única ley del consumismo. ¡Siempre gana la banca!
¿Qué curioso, verdad?
Bueno, me voy a probar algo de aire descontaminado.
Redescubrir tantas cosas desde tan temprano, necesita del aliento de la
naturaleza para asimilarlo.
Lo dicho, no soy ni de un lado ni del otro. Soy ese vecino,
al que no le haces caso.