Descuida estas tardes
2011 09 15
Descuida estas tardes
violentas, agotadoras…
Se desvanecen con tu sonrisa…
PD: Pero
ahora no la tengo
y se está haciendo
largo el invierno.
2021 05 22
Fíjese usted, señorita, si aún sigue ahí esperando a que
salga ileso de esa guerra… Dese por vencida, me gustan las trincheras. Una vez
– y esto es verídico – pasé una noche en vela de guardia en una trinchera, con
una cerilla y un par de paquetes de tabaco.
Eran otros tiempos, tiempos de guerras con soldados de
plástico buscando el refugio del Cierzo en cualquier trinchera. Porque yo soy
tan viejo que hice la mili, a cambio de unas pesetas.
Ahora es sábado, son las cuatro de la madrugada y aunque me
levante de mi colchón viscoelástico, sin nada de frío y con un café que sale de
una cápsula 100% reciclada en un apartamento vacío; sigo en guerra. Y no
conmigo mismo, porque yo, en el summum de la conciencia me he intentado
volver a dormir entendiendo a Hegel… y al conseguirlo en apenas quince minutos;
me he levantado a leer otros sueños más bonicos. Hegel estaba trastornado y
necesitaba escribirlo. La imagen que la mayoría de la gente tiene de él, no es
la correcta. También fue un niño y chupó teta. Son más incomprensibles otras
realidades más populares… Ahí lo dejo, que cada cual se crea el telediario que
quiera.
El caso es que ahora que llega el verano y los días son más
largos, las tardes se pasan volando en compañía de ilustres pensantes,
protegidos entre tapas de cartón, cuidadosamente forradas de plástico. El
nervio no se despinza, sigo moviéndome en la silla más que una lagartija
buscando el sol y de vuelta a la guarida que la proteja de depredadores
insensatos. Pero ese nervio no afecta al corazón, sigue valiendo tu sonrisa
para desvanecer cualquier batalla, asumida como perdida antes de afrontarla.
¿Qué sería del transcurrir de los días si yo, como
burguesía; no tratara de encontrar un sentido transcendental a todo? ¿Qué sería
del paseo acotado e ínfimo por la infinitud de la cronología cósmica, si yo
como mortal, no entrenara mi muerte en vida?
Porque todo en este mundo hay que entrenarlo para que cuando
uno se enfrente al objetivo final; sonría.
Yo hace mucho que vivo sin espejos, por eso hoy, después de
cuatro días preso, saldré en busca de sonrisas que me reparen. Es agotador el
entrenamiento, más, si es en la soledad de una pandemia* orquestada desde
los más altos escenarios. Hegel también era panteista**, pero luego vino
Marcelino y lo arregló todo con pan y vino; como se arregla.
Así que buscad en el remanso de las sonrisas la paz que
todos necesitamos y hablad con honestidad de las cosas de cada día, al pan pan
y al vino vino***; que si el Pucela se tiene que ir a segunda, merecidamente; y
con ello posiblemente, gane el Atleti la liga. ¡C’est la vie! Que dirá Benzema
a las ocho de la tarde, otro año será, que yo vuelvo a la selección de la
libertad.
Pues eso, que me voy al sofá con Slavoj Zizek y que sea lo
que dios quiera.
*que afecta a todo el pueblo
**Sistema
filosófico de quienes creen que la totalidad del universo es el único Dios
***Se refiere
a que debemos llamarle "pan" al pan, y "vino"
al vino. Es decir, llamar a cada cosa por su nombre. ... El origen es
seguramente relativo a la liturgia católica tan popular en España en tiempos
antiguos, donde el pan y el vino eran
los elementos básicos de la comunión