Mi rincón exquisito
1994 01 25 a las 22.54 h.
UTOPÍA
Si por mí fuese no escaparía jamás, la tendería una verja de
plata, oro y rosal, con un letrero que fuese: “Aquí vive una inmortal”.
Con los más ricos manjares, llena de tesoros, mar. Un sinfín de frutales, un
gato negro, vivaz. Una pluma de oro fina para su sueño fugaz. Una
inmensa biblioteca, para saciar su ansiedad. Y un sol grande y
una luna con las que poder conversar… pero esa inmortal no era tal, sólo
la Princesa de mis Sueños que hoy recuerdo en soledad. Era todo una utopía,
parecía tan real, era perfecto era mía; la realidad no era esa, ella vive
en libertad, yo la amo, la quiero, la adoro, pero sigo en soledad.
Ella vuela, salta, sueña. Yo… ¡soy feliz de verdad!
2021 12 11
Estamos como queremos. Ahora la madre de mi mejor amigo está
ingresada, la mujer del otro recién operada y la ex del otro, pendiente de un
diagnóstico milagroso… ¡Cómo han cambiado las cosas!
Mientras yo, con todo el tiempo del mundo, con mi dolorida
espalda, sentado frente a la ventana repasando textos que me hacen
insoportablemente viejo. Pero, casi nada en mi ha cambiado.
Ayer escribí sobre la inmortalidad, sobre una pluma, sobre
nuestra biblioteca, sobre el sol y la luna que compartimos. La princesa de mis
sueños, supongo que se referirá al tema de OBK por aquellos tiempos de dios;
ayer pusimos en bucle Mi rincón exquisito de Second (ahora lo acabo de poner) y
aunque lo compartimos, sigo pensando que vivo en sueños y ella es un colibrí
libre y yo sigo en soledad…
¿Me gusta? Es la realidad y cuanto más tiempo pasa, más
probabilidades hay de que no discuta con nadie sobre los nuevos cojines para el
salón.
He cambiado a Lana del Rey… Me deja seguir escribiendo, sino
bailo.
El caso es que iba a decir: “discutir por el uso de
rotuladores o pinturas de cera”, en plan poético, visualmente más atractivo
para hablar de sueños… Pero hicimos algo parecido en la realidad de una
llamada, insólita para mí.
Una especie de petición de indulto por sentirme tan vivo con
lo que escribo; porque llego a plasmar mis más altos sueños y temo devastar el
campo con diecisiete coladas de lava (ahora que se lleva).
Básicamente sigo igual, lo que pasa que ahora pido absolución
por declarar mis sueños…
Tendría que despertarla enérgicamente y decirla: no, soy un
adolescente, un puto crío que lee a Nietzsche y me gusta soñar despierto. Soy
un niño ardiente y me enamoré por compartir conmigo el tobogán aquella tarde de
domingo… Ya está, ¿qué estoy haciendo mal? Ella es libre, vuela, salta y sueña
desde los pies de su sofá, con una chaqueta por encima de su pijama de seda,
lee mis poemas y sonríe y cuando el volcán crepita demasiado, me pide calma…
Hay tal diferencia entre un colibrí y una tórtola que puede
que con el tiempo ascienda a paloma mensajera, pero poco más…
He evolucionado en 17 años de OBK a Second… De Bécquer a
Zweig… De Whitney Houston a Lana del Rey…
No está mal, pero lejos de alcanzar con ello el Olimpo,
tomando dos cafés o la mejor tortilla de Madrid…
Seguiré escribiendo desde mi rincón exquisito y si un día
quiere cambiar los cojines, cederé, el escenario es lo de menos… Lo importante
es que el colibrí se pose en el alfeizar de la ventana.