Sólo por un motivo

 


2021 12 02

Acabo de dar mi dirección a un desconocido. Sólo sé de él, lo que él sabe de mí. ¡Cuánta tilde!

Sólo por un motivo, dos si cuentan los soñados.

Mi prima María, una mujercita que me abraza y la suelto sólo si es su padre el que la llama. Sino viviría conmigo. Tiene más imaginación que cualquier profesional de esa especialidad. Supongo que habrá una asignatura de imaginación en la universidad. Ella, con diez años recién cumplidos, está doctorada y me da clases cada vez que tengo un ratito con ella. Poco hablamos de lo real. Desde pequeña le ha dolido.

Supongo que no es fácil iluminar y yo no soy quién para crear oscuridad cuando me asomo a ella. Tiene la capacidad de absorber, hasta cuando está en completo silencio. Me gusta verla dibujar tres pelos a uno buen amigo suyo y mío. Me gusta verla cabalgar dando vueltas como si fuese la auténtica atracción de un circo. Me gusta que tenga frío y acuda a que su tía la de un abrazo, aunque sepa que la va a cortar la respiración durante unos segundos. Me gusta cuando agacha la cabeza al escuchar como la enseña su padre a entender las obligaciones de los mayores, siempre aburridas.

He leído a Javier y le he dado mi dirección con la esperanza que después del puente, tenga noticias suyas.

Me he acordado de mi prima, porque es la razón del título de mi blog y quiero que algún día critique mis palabras escritas o las comparta o las queme en una hoguera en la noche de San Juan… ¡Lo que quiera, puede hacer con ellas, lo que quiera!

Para que se acerque a ellas, la quería escribir una carta. Encima, ahora que llegan los Reyes Magos, el mío es Baltasar, es buena hora para empezar. El hábito de la epístola tiene más gancho en invierno que en verano en la piscina. Quizás se lo propongo la próxima vez que la vea… Gracias Javier por la hermosísima idea.

Tengo que decir, que no hace mucho, propuse lo mismo a una diosa olímpica. Esta es la segunda parte, la de los sueños. Lo rechazó de plano, no me dio tiempo a objetar su negativa y con el tiempo, creo entenderla.

Desde aquel rechazo rotundo, llevo un cuaderno al día, lleno de borratajos, asteriscos que guardan a ídolos, exclamaciones horrendas en algún caso, preguntas con mil y una noches de respuestas en cientos de idiomas intraducibles. Mi creación artístico-esperpéntica ha evolucionado exponencialmente, hasta alcanzar cifras que lo han situado en los valores dentro de grandes grupos como el IBEX 35 o el Dow Jones.

Pero todo se queda corto para alcanzar donde ella descansa. El Olimpo está lejos. Perdón, que vuelvo al error que cometí al proponérselo. El Olimpo, sólo está en mi imaginación. Si tuviese un lugar espacio-temporal, no sería divino. Por eso nuestra correspondencia es imposible. Leyéndote, Javier, lo he comprendido. Gracias otra vez.

Ahora mismo desenfundo la máquina de escribir, se lo cuento en 1014 folios reciclados y se lo envío.

Siempre tuyo… Ángel.

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