Mil aplausos
2022 05 22
Yo no sé de casi nada, pero es indudable
que estar con amigos, sana.
Llevo todo el fin de semana en las mejores
manos y lo aplaudo.
Ayer mi hermana y “el santo” (mi cuñado) me
acogieron en su terraza, después de ver como un señor que cumple años hoy,
dirige a un magnífico grupo de adolescentes, que juegan muy bien al baloncesto…
Hasta ahí un sábado que acabó en poesía
inesperada con el final de una película en la dos de tve, en la que un joven
hablaba de poesía con una magistrada que le salvaba la vida con una donación de
sangre, a la que sus padres se negaban…
Un mensaje lejano, un recuerdo enmarañado y
a la cama.
Hoy ha sido muy distinto. Gerardo, en El
Minuto, desayunando una tostada con tomate, Sonia, Encarna, Jesús, Nacho, Sara
intentando leer el periódico, pero nada… Burguis y muchos más, con la catedral
de Valladolid como escenario. Roberto rompiendo los cronos, Miguel pasando la
mañana… ¡Hay cosas que nunca cambian y no deben cambiar!
Ahora sólo aplaudo, les hago unas fotos y
me retiro… Hoy, a un escenario poético, un desván donde se cumplen todos los
deseos.
Una guitarra acompañaba los versos de dos
poetas en un escenario, un vermút, un par de cervezas…
Me he despertado tirado en mi sofá, sin
saber muy bien lo que ha pasado… Por eso me siento a intentar redactarlo. No
puedo decir que me haya curado, mi costado izquierdo sigue dolorido, pero algo
ha cambiado.
Mi memoria se ha llenado de buenos
recuerdos, ha arrinconado a frustraciones que me acompañan a diario.
¡He ganado! He cargado las pilas con las
mejores medicinas, ahora sólo falta que me vea el médico y utilice las
herramientas que crea convenientes, los 21 gramos que me corresponden, se han
repuesto a base de dar aplausos…
¡Cómo para no darlos!
La gente es muy agradecida, curativa,
mágica…
Sin más, un aplauso a todos y gracias, mil
millones de gracias.