Gilles Deleuze en Nietzsche y la filosofía
2022 12 30
No me sale natural. Ausentar la filosofía
de mi día a día, y con ello la política. Evidencio mi falta de fuerza de
voluntad, una redundancia según el concepto nietzscheano de voluntad y fuerza
en su versión deleuzeana.
No
sé más de Nietzsche y tampoco de Deleuze por leer Nietzsche y la
filosofía. Si de algo me ha servido es para reafirmar mi visión de que
todo el que mata a Dios, ama la vida. No hay más creyente que el que se
pregunta, insistentemente, por el valor de su vida.
Puede
llevar al suicidio, a una guerra mundial y a la extinción de toda vida… Pero no
debería acercar al Occidental (como privilegiado), ni en la época de Nietzsche
ni ahora. Los motivos que me acercaron al suicidio – viene bien recordarlo de
vez en cuando, y mejor en estas fechas, siempre difíciles – fueron la
sobreexposición al mundo.
Ahora,
en el descanso de mi escritorio, echo de menos poco, y no echo de menos cosas,
sino personas. No reactivos que retumban, sino activos que suman.
Yo
no he leído este libro para aprender más de Nietzsche. Lo he leído por placer.
Esa suerte que tenemos algunos (los occidentales) de tener tiempo para
reflexionar sobre la vida, mientras vivimos. Me siento como un burgués francés
en su castillo eclipsado por la sombra de la torre Eiffel, como un profesor
universitario jubilado entre notas para el libro que sus alumnos le han pedido
y es incapaz de estructurar…
Tengo
frío a veces, falta de abrazos, no es cuestión de subir el termostato.
Me
arropo en las páginas de leyendas vivas o en la impresión de un artista
hablando de su reciente exposición, la cual ni entiendo, ni me gusta, ni trato
de entender… Pero escucho por qué le ha llevado a hacer lo que ha hecho y
compartirlo…
Tengo
la suerte de elegir, y los que nos deprime el entorno, es porque amamos la vida
y la situación actual, mata a dios y al hombre. Si te das cuenta antes de
disfrutar del amor, te lleva al suicidio. Ahora es más evidente que entonces,
cuando yo tenía apenas quince años. No nos perseguía como una sombra, no había
smartphone… ¿Hay salida? Sí, claro, la educación…
Y
vuelvo a la filosofía, esa que quieren retirar, por miedo, ya lo he dicho; ha
desbancar el poder que nos aniquila. Pero no hablo del estoicismo, del poder de
la razón kantiano o conocer al dedillo los presupuestos morales aristotélicos…
Hablo
de la filosofía, y sus filósofos, como empujón necesario para arrinconar a toda
la bazofia que nos aplasta. Ese gadget que es el smartphone y sus redes
antisociales esperpénticas y ridículas, sólo pueden ser contrarrestadas no con
un retuit, sino con el silencio de una lectura pausada, atenta y obligatoria de
filósofos de otro tiempo y filósofos de ahora.
Esa
es la razón por la que suicidarse ahora es erróneo para el occidental. Hay
millones de alternativas. Tantas como textos filosóficos. Para aprender a
dilucidar cuales se merecen ese apelativo y cuales no, hay que educar… Por eso
la acallan, la menosprecian… Todos aquellos que - igual conociéndola – saben de su poder.
Me
repito, una y otra vez, con la retórica. Ellos la utilizan, conocen su poder.
Por eso ahora hay coachees y los directivos y mandos intermedios, la refuerzan
con reuniones absurdas… Les marcan un guion, le imprimen a base de repetición
unas consignas; que sin ese constante recordatorio, no tienen razón de ser.
Construyen con ello la verdad, su verdad; y tratan – silenciando la filosofía –
de no tener oponente.
Lo
contrario a la derecha no es la izquierda. Esa es su verdad.
Creo
que voy a ponerme con José Iglesias Fernández, un defensor de la Renta Básica.
Por orientarme en un tema que desconozco, y querría acercarme a Engels. De Marx
tengo un concepto demasiado popular…
El
ser humano, tiene un aspecto biológico, que necesita de la soledad. Busca tu
espacio, para en su debido momento, compartir tus vivencias en soledad. Desde
esa soledad, podemos crear una buena comunidad… Si no salimos de la marabunta,
no podremos encontrar otros senderos que pisar.
Te
invito a que hables contigo mismo, y rebatas a Kant, a Hegel y a Marx… Seguro
que luego te puedes enfrentar a todo lo demás… y hacer que otros tengan el
privilegio de acercarse a ellos y pensar por ellos mismos… Eso da miedo, me ha
venido a la cabeza, millones de chinos siendo independientes de un estado
opresor, miles de europeos independientes de un estado opresor, miles de
americanos independientes de una moneda única… Millones de personas, siendo
seres humanos… ¡Menuda novedad! No se ha visto desde que Roma fortificó sus
polis y clasificó entre dignos de ser ciudadanos o no… (puede ser incorrecto
este último dato, pero no quiero investigar, sino entiendes el paralelismo es
que estás en el rebaño).