NO tenemos tiempo vital

 


2023 01 31

 

Todo es más fácil con Ernesto.

 

            Partiendo de los tres primeros capítulos de la Fenomenología del espíritu de Hegel, y habiendo escuchado un par de vídeos y leído unas 200 páginas de la Enciclopedia, 4 cafés y 3 pastillas recetadas, me atrevo a decir que…

 

            ¿Querer tener un conocimiento absoluto es idealista? Me sigue confundiendo el término, desde Kant a Hegel, pasando por Ernesto y su explicación. Idealismo, ideal, lo pongo del lado de la genialidad abstracta. Si la razón y el sistema es un ideal, lo dudo.

 

            Es muy subjetivo, pero igual se debería mejor llamar el “ejemplarismo” alemán, ya que su método busca ese absoluto y logra encontrarlo. O bien por la razón o bien por el entendimiento, ¿pero idealismo? A mí me suena a religión, a algo místico. Pero bueno, al dato.

 

            Se sacan muchas cosas claras de Hegel, explicado por Ernesto Castro (leyendo los textos, me cuesta; mejor explicados).

 

            Ayer escribí que nos equivocábamos en la antítesis. Decía así: * La antítesis (ahora) se produce antes de la tesis. Y la tesis se va dibujando a conveniencia de las distintas antítesis, provocando unas síntesis convenientes y erróneas.

 

            Voy a intentar explicarlo, bajo una frase sacada del vídeo 5 sobre el Idealismo alemán de Ernesto, que viene a decir algo así: NO tenemos tiempo vital para contrastar las noticias científicas de los usos de las tecnologías presentes… o contrastar la historia; nos basamos en los testimonios de otros, en su memoria confiamos, en sus palabras…

 

            Pongamos esa aseveración en los tiempos actuales. El bombardeo de información + horas de trabajo + ocio desmedido + familia + obligaciones vitales (dormir, comer, vivienda…) Esa confianza en los testimonios se hace imprescindible, necesaria.

 

            Ha sido más importante un empate a cero entre el segundo y el tercero de la liga de fútbol española que un bronce en el mundial de balonmano. Es un ejemplo baladí, pero no por ello superfluo.

 

            Si leemos todos los periódicos deportivos y sumamos la cobertura informativa de un espectáculo y otro, seguro que salimos de duda. Si ese ejemplo lo llevamos a otro campo, hablando de la guerra en Ucrania frente a la guerra en el Congo (no lo voy a contrastar, el Congo o cualquier otro país africano o árabe, me es lo mismo); hablando de la agenda del rey frente a el divorcio de la Presley… etc,etc.

 

            Masticamos lo que tiene el titular más grande y obviamos a lo que “otros” por nosotros, dan menos importancia. Esto es igual a decir que la tesis está amañada. Por lo tanto, la antítesis, que viene precisamente de los que dominan el color y el subrayado de las tesis; será insuficiente para llegar a una síntesis correcta.

 

            Pero esa síntesis es conveniente para que sigamos viendo las tesis que se nos muestran como verdaderas y únicas. Por lo tanto, creeremos que las antítesis que buscan las corporaciones que nos representan son válidas, o pertinentes; y volveremos a obtener síntesis incompletas y sólo necesarias para admitir como válidas las tesis de los que nos las presentan.

 

            Círculo vicioso del que es difícil salir por la aseveración de los tiempos actuales, a saber, repito:  El bombardeo de información + horas de trabajo + ocio desmedido + familia + obligaciones vitales (dormir, comer, vivienda…) Esa confianza en los testimonios se hace imprescindible, necesaria.

 

            Los que dictan las tesis, hacen por que las horas de trabajo + ocio + familia sean cada vez mayores en los países desarrollados. En los subdesarrollados hacen porque las obligaciones vitales se hagan imposibles a pesar de sumar horas al trabajo. Lo que nos queda son sociedades útiles, tremendamente útiles para los que dictan las tesis, juguetean con las antítesis y nos dictan unas síntesis que hacen ver que buscan el bien común, cuando sólo buscan que el círculo no se rompa, para seguir dictando tesis y antítesis inútiles.

 

            Nos hacen incluso sentir culpables de que las síntesis sean error nuestro, y como no tenemos tiempo para contrastar por eso del trabajo + ocio, se destruye todo espíritu crítico o afán revolucionario (cuyo término no me gusta), pero que es lo único que conviene para salir del círculo.

 

            Los que se salen de ese rodillo, las voces emergentes son tachadas de fracaso, intolerancia, poco resilentes o cualquier pamplina panfletaria que las reduce a escombros antes de salir a la luz.

 

            Luego está el posmodernismo o los dictados actuales de filosofía (siglo XX). Modernidad líquida, el existencialismo, el estructuralismo, el renovado estoicismo/autoayuda…

 

            Ahora no es de rigor creer en las verdades absolutas, nos hacen creer que no son necesarias. Ese  pensar que cada individuo tiene su verdad, por la defensa de la diversidad y el librepensamiento que nos hace poder expresarnos como cada uno considere oportuno, se hace fácil de gobernar con titulares convenientes.

 

            La “ciencia” del marketing es la renovada confusión del sofismo. Criticado desde hace 30 siglos, ahora vuelve a ser la máxima que dicta “la verdad” sin oposición al crear esa “ciencia” que lo refuta. Llamase copywritter, marketing, globalización, FMI, OMS o como quiera llamarlo…

 

            Nada es absoluto. La economía o el modelo político es el adecuado según cada Estado, cada región, cada individuo… ¡Vuelvo a lo de ayer! Entonces, ¿por qué hay ciencias sobre eso? Si el conocimiento es distinto en cada individuo y es apropiado o no, según el espacio y el tiempo en que se da… ¿por qué nos lo muestran como lo único verdadero? ¿por qué no hay alternativa a ello?

 

            Supongo que la suma de trabajo + ocio + familia; son suficientes para no hacernos esas preguntas.

 

           

 

            De momento, con estas cosas claritas y sin respuesta alternativa que me convenza, me centraré en seguir leyendo sobre la base de que la “inmediatez adquirida”, expuesta por Hegel; en nuestros tiempos es equivocada, parcial, “convenida”, insuficiente… Por lo tanto, crearé mi alternativa, aunque peque de radical, haciéndola lo más objetiva posible, a la vez que certera.

 

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