HOJAS CAÍDAS
1995 09 13
¡Booomm!
Ha sonado en mi cuerpo
entre el pulmón y la espalda,
justo en el corazón;
pero una nueva esperanza
se ha metido en to’l cuerpo
hasta llegar a mi alma.
No ha sido un estallido de fiesta,
ha sido una bomba asesina
que ha marcado mi cuerpo,
y mis sentimientos.
2023 11 07
Ante tal horror, sólo queda persignarse y
echar a volar por la ventana más cercana…
Pongamos que hablamos de una mala noticia,
aunque por aquel entonces no eran tan malas. Con 18 años la vida es más bonita,
sobre todo si vives en casa de tus padres, como era mi caso.
Pongamos entonces que ese estallido es
provocado por amor. Algo que se intuía cada día por aquel entonces. También el
desamor…
Debí suponerlo, tus caricias se resistían…
No puedo seguir escribiendo un poema que
supere al anterior.
HOJAS
CAÍDAS
Tengo frío, las falanges no teclean un
nombre,
tu nombre; por miedo…
Temo que aparezcas a mi lado, efímero,
y todo se esfume con un apagón imprevisto.
Me abrigo, cierro con llave y bajo al
parque.
El viento helado cubre mi rostro,
decelera mi ansiedad. Mis latidos
se acompasan con el levitar de las hojas
caídas de los cedros mientras paseo.
Subo, preparo un té y saco el álbum de
fotos.
El mismo parque, yo de tu mano derecha,
con la izquierda me muestras una hoja seca
recogida del suelo. Me cae una lágrima.
Es de felicidad, gracias papá.
Bueno, lo mandaré a un concurso de menos de
100 palabras. Un día tengo que escribir sobre él.