Bechamel
2024 01 21
Ayer hice por primera vez bechamel. Supongo que debería de decir,
por primera vez en mucho tiempo. No creo que me haya quedado tan bien, como
para hacer unas croquetas, que esa era mi intención… Ya veremos, a lo largo de
la mañana, me pondré a ello.
Desde ayer mi madre ya tiene montada su habitación, y me falta por
terminar de poner las puertas de una pequeña cómoda que compraron para poner en
mi antigua habitación, junto con dos sofás.
Mi hermana fue al cementerio, y comprobó que habían puesto el
nombre de papá. Las flores aún estaban bonitas, las bajas temperaturas, hacen
el resto.
Igual, si sale el sol como ayer, sería bueno ir dando un paseo y
saludar a papá.
La verdad es que tengo que volver al curso. Volver en cuerpo y en
espíritu. Además, a los dos cursos, el de autómatas y el de mi espalda. Todo lo
que había avanzado, con la muerte de mi padre, se ha eclipsado. La niebla lo ha
cubierto todo, incluso la musa se ha silenciado.
Tenía cuatro rutinas bien marcadas, e iba por el buen camino en
las cuatro. 1. Autómatas. 2. UAAD (Espalda). 3. Escribir a diario por
inspiración lejana. 4. Baloncesto.
Son cuatro patas, que me deben de llevar a una rutina continuada
hasta la jubilación. Suena lejana, pero estando, como estoy; más cerca de los
50 que de los 20, se me antoja razonable.
Voy a parar de escribir, modo diario; leer un poco, y veremos como
afrontamos el domingo…
Son las 6:31 de la mañana, queda mucho día por delante, y el
silencio ahora mismo es roto únicamente por mi teclado y mi tinnitus. Un poco
de jazz suave, y al lío. Feliz domingo Ángel, señor Bicicleta y familiares y
amigos.