Han Kang en La vegetariana
2024 02 01
A veces los sueños son
demoledores. No es más que eso este libro. Consecuencias de un sueño, vivido al
límite. La incomprensión de la dinámica del mundo y sus habitantes a los
soñadores.
Ella se vuelve fuerte, se hace
fuerte entre las costumbres, el patriarcado y las rutinas demoledoras. Intenta
salir a flote, mantener las apariencias, pero entiende y asume al mismo tiempo,
que no debe seguir andando por el camino de en medio.
A veces la razón, pierde la razón.
A veces escucharse es la única
manera de caminar, de silenciar todos los ruidos ajenos, de aplacar todos los obstáculos.
Yeonghye hace eso sacrificando
todo lo demás. Quiero ser árbol para ser. Sólo necesita agua para vivir. Cada
paso la lleva a eso. El sol tras una ventana le sirve como alimento.
No es momento de hacer un buen
resumen de un libro, que se lee de dos sentadas… ¡Atrapa!
Hoy voy a dar de baja a mi padre oficialmente,
de los servicios sociales que le acogieron.
Hoy tengo que llamar a dos
posibles jefes, a uno despedirme sin haberle conocido; y a otro presentarme con
humildad y respeto…
Hoy tengo que volver a cuidarme el
cuerpo, tengo que jugar con mis amigos al baloncesto… pero sólo me apetece ir a
verte después de hacer los papeles, y cumplir mis sueños…
¿Estoy loco? ¿Estás loca, pregunta
la hermana, a una Yeonghye postrada muda en su lecho de muerte?
Llevo todos los papeles posibles.
Un cuaderno, el siguiente libro – aparentemente, menos fuerte -, un poco de
dinero y las llaves del coche en el bolsillo.
Un segundo desayuno en tu
apartamento, y vuelta a la realidad. Porque sin una dosis de sueños corpóreos,
es imposible aguantar tanta burocracia…
Si a las diez te apetece, te
invito a desayunar en el Cdo, y cada uno a lo suyo… con una chispa en los ojos
que siga deslumbrando… Todo lo demás es mero teatro.
Totalmente recomendable el libro,
más, si sigues pensando que los sueños deben hacerse realidad…