Pedante
2024 01 24
“Cuando ya no te queda más, te queda la palabra” Inmediatamente
después, viene esta palabra: ¡Pedante!
Parece ser una novela negra, una de esas que te enganchan y no te
dejan levantar la vista de ella. Pero yo soy capaz de hacerlo, y ponerme a
escribir al terminar el primer capítulo. Sé que me gustará, lo presiento, es lo
que ahora necesito. Engancharme a un chisme y exprimirlo.
Hoy he tenido que ir a sellar el paro, he pasado por la biblioteca
y me he vuelto a casa, en vez de aparecer por el curso. Tengo 3 días al mes, de
ausencia injustificada.
Me apetece verte, y estar calladito… Parece, por nuestros últimos
encuentros, totalmente incompatible… Pero me gustaría intentarlo si tienes
tiempo. Hoy creo que no tienes clases, es miércoles. Supongo que irás a tres
del CDO, para pasar el día… ¡Qué envidia! Me gustaría poder acompañarte, pero
pagar 10 euros por entrar un día en un gimnasio, me parece de ricos, pedantes y
sobrados… No va conmigo.
¿No te has planteado recopilar tus escritos? Autopublicarles y
empezar de cero… Ese fue mi compromiso conmigo mismo, desde que empecé el
curso…
Por supuesto, las cartas que te escribo entran ya en la siguiente
etapa, con sus poemas y acrósticos correspondientes.
Igual te venía bien escribir, a modo de diario; tus cosas. La
noticia que te ha sorprendido, la canción que te ha hecho dar el 200% en la
clase de boxing, la que te ha mandado un amigo… Nada trascendente, la rutina,
el sendero nuevo que te has marcado. Es una idea, igual te viene bien para
afrontar los cursos y lo que te venga, con más naturalidad.
Ya no nos queda más que la palabra para justificar nuestros actos.
Si quieres que te haga la comida, me lo dices; ahora que soy medio
experto, lo haré encantado.
Voy a seguir leyendo, aunque me apetece coger el coche y tumbarme
en algún colchón de tu casa… Igual tumbado estoy calladito, que estoy más
guapo.
Un abrazo, ojalá me digas algo, me cambio enseguida y voy para
allá. Que sé que estás más a gusto en tu nido.